domingo, 15 de julio de 2007

21.- "Coger el último tren"

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EL AMOR NO ES NECESIDAD.

Mi Diario a uno de noviembre de 2003.
Para no quedarse a vestir santos.

Mi Diario. REUNION del 18 de octubre de 2003.Sábado.

EL AMOR NO ES COGER EL ULTIMO TREN.

Mi querido Diario: copio, como siempre, las cartas que nos da Carlos y Elena fotocopiadas y que han ido recibiendo de muchas parejas a las que dieron el cursillo, son todas reales y lo único que se cambia son nombres, fechas, lugares y algunas características de los personajes, para que vayamos preparando el tema siguiente. Trataremos hoy como el amor debe ser espontáneo y natural. Cómo no se lo puede forzar y como no hay que aferrarse a él a la desesperada.


Carta de Carlos:
A Elvira.
“Coger el último tren.”
Para no quedarse a vestir santos.

Querida Elvira:
Recibí tu carta contándome “tus aventuras” amorosas como tu las llamas. Y me dices que a tus cuarenta y dos años vas, cueste lo cueste, a “coger el último tren”, y te casas con quien sea.
Que hayas tenido cuatro novios, que hayas convivido con dos de ellos, que tengas un niño de siete años y una niña de cinco, con el último de ellos, que antes hayas tenido relaciones íntimas, como tú las llamas, con el segundo novio, más alguna relación esporádica, -me hablas de un negrito o negrazo, japonés de adopción, durante tu estancia en Francia, y con un gigantón irlandés, aquel verano de las verdísimas praderas y los altísimos acantilados de mar bravía, quizás otros más o menos intensos, hace que estés a la vuelta de todo, y que pienses que si nada cuajó, por ellos, por ti o por ambos, ya es hora de afianzar la vida “tener", ¡ojo!, me dices “tener” algo estable y casarte con Lorenzo, al que eufemísticamente llamas “tu último tren”.
Tú, hasta ahora al menos, has entregado el fuerte de tu cuerpo a tu sexualidad y a tu placer antes de que alguien le haya “puesto sitio” o le haya sitiado el amor.
Has rendido el fuerte antes del asedio. Si lo rindes siempre así, te llamarán promiscua y Jesús, como a la Samaritana al brocal del pozo, te podrá decir:”Porque siete marido has tenido y con el que ahora vives no es marido tuyo”.
Sí, ya sé, había cariño, una complacencia afectuosa, un entenderse en lo que se desea, - lo que tú llamas energías positivas,- y otros llaman “que les va el rollo” al uno con el otro. Pero amor, amor, lo que se dice amor, el amor total entendido como entrega y servicio, es decir, buscar el bien del otro, y donación de la persona entera, alma y cuerpo, no. De eso casi ni idea. Pero es fácil. Se bautiza como amor nuestro egoísmo, nos engañamos aún sospechándolo, diciendo que amamos cuando casi sólo nos amamos a nosotros mismos, confundimos estar enamorados hasta los tuétanos con enamorarse, enamorisquearse o enamoriscarse, nos llamamos “muy enamoradizos”, sí, es que yo soy muy enamoradiza, me enamoro enseguida, y casi de un salto ya metemos al otro en nuestra cama justificándolo todo en que “lo quiero” y “lo necesito” y casi, -el casi lo he puesto yo,- nos casaremos. Y esto delante de nuestros hijos, que ya con siete y cinco años y lo que saben de los colegios, no se chupan el dedo. Pero en verdad, creo yo, has entregado el cuerpo, tu cuerpo a cambio de llenar tu sexualidad desbordada y tu desbocado deseo de placer. Te has buscado, todo lo más, placer por placer. Has comerciado. Has hecho comercio de tu sexualidad por su sexualidad. Te gusta verte y sentirte completamente desnuda para ser deseada completamente. El sexo a veces te posee posesivamente y tus ensoñaciones se desbocan en tu concupiscencia carnal. Y a todo ello, eufemísticamente, llamas amor.
El hombre, el ser humano, macho y hembra, hombre y mujer, han sido creados por Dios para vivir en pareja. No solos, en comunidad. No de trampa en trampa, permíteme que yo llame así a lo que tú llamas “aventuras amorosas”.
El estado natural del hombre es la pareja. Varón y varona los creó, dice el Génesis, cuando relata la creación del hombre.
Pero hoy dentro del destino universal de todo hombre, que es Dios, y de toda la creación, que es Cristo, cada ser tiene una “llamada”, un destino particular, una vocación. (De voceare, llamar.)
Hoy se habla de vocación al matrimonio, a la paternidad, como antes se hablaba de la vocación al sacerdocio o al celibato consagrado, virginidad consagrada, monjas, monjes, religiosos, religiosas, y hasta Institutos seculares.
Tú misma me dices que eres muy enamoradiza, caes en las redes de los hombres, fruto de tus excesos amorosos en tus enamoramientos repentinos, y que por tanto eres bastante inestable. Pasas de la euforia amorosa a las deserciones más absurdas. Como si el amor naciera y muriera en un solo día, en un instante. El amor es un proceso progresivo y creciente que nace de la atracción y del enamoramiento, y madura en el amor y estar enamorado, o regresivo y decreciente, cuando no se cuida ese amor ni se le alimenta y va derecho a su propia muerte.
Pero nunca, .nunca, son altibajos repentinos y sin otros motivos que el tener la regla, y por ello estar de mal humor, un enfado, u otra nimiedad parecida. Ni se pasa del amor a la indiferencia, al desprecio o al odio súbitamente, salvo en contadísimas ocasiones por motivos gravísimos y casi siempre revelados explosivamente.
Serénate. Deja que el tiempo vaya creando un cariño agradecido hacia Lorenzo y que el cariño agradecido y compartido cree amor. Y entonces, solo entonces, cásate.
Sólo el amor justifica y llama al matrimonio. Sólo el amor le da fuerza y permanencia. Sólo el amor le hace estable y maduro. Sólo el amor, sólo el amor. Sí, en Dios, que es el Amor. Con cariño, Carlos.

Reunión de grupo:
En la reunión utilizamos el método de ver, juzgar y actuar.

Ver: cómo son los personajes y cómo actúan.

Juzgar: qué nos parecen sus actuaciones desde un punto de vista objetivo y por qué obran así.

Actuar: si este fuera nuestro caso, cómo deberíamos actuar y si fuera de unos amigos o conocidos como podríamos ayudarle sin intrometernos ni ofenderles.

Los personajes y sus actuaciones:
Elvira:
Los otros novios:
Lorenzo, el último tren:

Cuales son las prioridades y sueños de Elvira y cual su moral o ética natural y cristiana.
Cómo piensan y viven “sus novios”.
Cómo es y piensa Lorenzo.

Qué haría o debía hacer yo si fuera Elvira (traducir a “hombre”)
Y si mi novio fuera Lorenzo.

CONCLUSION DEL TEMA:
EL AMOR NO ES COGER EL ULTIMO TREN.

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