domingo, 15 de julio de 2007

25.- "Cómo vivir la Navidad"

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Mi Diario. Reunión de veintitrés de diciembre de 2003. Sábado.

Hemos empezado la reunión en cuanto llegó la última pareja del grupo antes de la Misa. Han sido unos minutos nada más.
Elena y Carlos nos han entregado una pequeña felicitación de Navidad reproducción de una muy antigua que ellos “fabricaron” cuando sus hijos eran pequeños para su padres, hermanos y amigos.
Es una cartulina alargada con un dibujo por fuera de su hijo Fer, Frenando, cuando tenía seis años, creo, el año de la felicitación y un Villancico o poemilla que Carlos escribió para esas fechas y luego unas palabras a cada pareja.
Fotografío la portada y lo pego aquí y copia a continuación el Villancico.
Se titula

“La primera sonrisa de Jesús”

Jesús esta tendidito
Durmiendo sobre el pesebre,
La Virgen miraba a Niño
Y el Niño duerme que duerme.

Santa María,
Dulce sonrisa del Niño
Mientras dormía.

Abrió despacio sus ojos
Y el Niño miró a María.
¿Y qué soñabas, mi Niño?
¿En qué soñabas mi vida?

Soñaba y soñaba, Madre,
Soñaba que te veía.
Por eso mientras soñaba
Mis labios se sonreían.

Santa María
Banca sonrisa del Niño,
Mientras dormía.

Completar. Del original.
Y los ángeles …
Callandito y de puntillas.
Y sus labios y sus ojos
De sonrisa florecida.


Creo que no nos hace falta más para saber cual es el verdadero espíritu navideño. La Virgen, el Niño, José, los ángeles y los pastores, la estrella, la Cueva o establo del Portal, la mula y el buey. Y nosotros con ellos, delante del Portal. Ellos con requesón y vino. Nosotros con nuestro corazón abierto a la sobriedad y la generosidad con los necesitados.
Así lo ha sentido y vivido la Iglesia sencilla de los humildes y todos los cristianos, pueblo de Dios.
Luego de felicitarnos todos, hemos entrado a Misa y al final hemos cantado alrededor del Portal de Capilla de El Madroñal, un puñado de Villancicos. Jorge iba rasgueando su guitarra, Francisco Javier su Timple, Mónica nos introducía con su voz. Las letras nos la había preparado Isabela y Juan Carlos en un libretito en su ordenador, y sentados en el primer banco frente al Belén rezábamos con devoción y amor las estrofas y los versos que compuso el pueblo cristiano con ternura y sencillez.
Esta sería nuestra reunión hoy. Esta sería nuestra adoración del Niño recién nacido. Esta sería nuestra entrega del alma en agradecimiento al Dios que se hizo hombre y habitó entre nosotros para estar cerca de nuestras vidas. Un Dios cercano, un Dios tan humano, que toma, El, la segunda Persona de la Trinidad, la naturaleza humana, para, sin dejar de ser Dios, ni dejar su naturaleza divina, “Dios de Dios y Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,”hacerse hombre en el vientre purísimo de María, su Madre.
Se nos añadieron algunos feligreses de la parroquia que habían ido a Misa de ocho como preparación para mañana veinticuatro. Cantaron con nosotros. Fijaros en las letras. Están llenas de la teología popular más profunda de la verdad revelada más elevada, en su dicción má asequible y compresible. “Dime Niño de quién eres, soy de la Virgen María y del Espíritu Santo” Están llenas de la sencillez de ver a Niño Dios como niño, como niño Jesús asumiendo todo lo humano, menos el pecado. También el nacimiento, la lactancia, la infancia, las costumbres y necesidades más terrenales de la vida de los judíos en el tiempo del nacimiento de Jesús. La Virgen lava, tiende pañales. El Niño duerme, tiene frío, o hambre, llora, sonríe, ríe o calla.
Sólo a veces más en su imaginación de rodearla de amor que en la realidad, el canto se hace metáfora y el peine es de plata, los cabellos son de oro, o San José es de mazapán, y la Virgen es de canela y este Niño es un biscocho hecho de azúcar morena. Porque así de bellos ve el sencillo los cabellos de la Virgen, así de bonachón a San José, de mazapán, la Virgen sabrosa y delicada como el sabor de la canela y el Niño dulce y blando como un buen biscocho.
La verdad es que me sentí rezando. La verdad es que sentía en la unión de mi voz a las voces mis hermanos la fuerza y la unidad de mi fe y de mi Iglesia, la Comunidad del Pueblo de Dios, caminando hacia El.
Magdalena cantó el Adeste fideles, de rodillas, desde el primer venite, adoremus. Yo la miraba y veía toda su persona en la más profunda adoración. Junto a su corazón puse mi corazón. Sí Jesús te adoro, porque eres mi Dios, pero sobre todo porque te amo y quiero, desde Belén al Calvario, desde el Calvario hasta tu Ascensión, desde tu subida al Cielo hasta tu venida en el último día, como Hombre y Dios verdadero.
No hicimos más que cantar juntos. Pero yo sé que lo más profundo que hicimos fue adorar al Niño Dios, juntos, porque somos uno en el Señor y con el Señor, como El es uno con el Padre y nuestro Padre.
Feliz Navidad, mis familiares, mis hermanos y amigos todos. Feliz Navidad, hombres todos de buena voluntad. Feliz Navidad José Carlos, mi bien querido.
Feliz Navidad mi pequeño y al mismo tiempo gran Diario.
Gracias Jesús por haberte hecho Navidad otra vez en esta Navidad.
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